domingo, 20 de mayo de 2012


Me apasionaba saber que me harías el amor, que te dedicarías a acariciarme,
que íbamos a terminar durmiendo juntos, que luego, no ibas a despegarte de mi y
me ibas a levantar con un sonrisa ofreciéndome el desayuno. Me hacía feliz saber que hubieras
dado la vida por mi, que hasta soñabas terminar muriéndote conmigo abrazándome en la cama
como dos ancianos tomando una siesta vespertina, que deseabas que pariera
sucesores nuestros creados por el amor que sentíamos.
De hecho, mi base fue la misma siempre, entregar todo de mi,
para que esa sonrisa que tu cara tenía cada vez que me veías nunca se marchara.
¿Por qué hiciste explotar ese pequeño mundo que armábamos?
¿No basto ese requisito estereotipo que rogas?
¿Ya no soy esa mujer que estas dispuesto entregar tus gramos de alma? ¿ No soy nada?